Inicio >> Enfermedades comunes >> Úlcera indolente
Cuando hablamos de úlcera indolente en perros y otros animales debemos hablar de la córnea. Ésta, al estar ubicada en la parte más exterior del ojo, y, por ende, estar más expuesta, es una de las partes más dañadas de los ojos de los animales. En forma de símil, es como el parabrisas transparente del ojo. En la Clínica Oftalmología Veterinaria Asturias son muchas las mascotas que nos visitan, especialmente perros y gatos, para que les solucionemos este tipo de enfermedades oculares.
Las úlceras indolentes son úlceras superficiales que no cicatrizan en el tiempo adecuado y de menor gravedad que otro tipo de úlceras caninas, aunque resulta igualmente dolorosa, a pesar de su nombre, “indolente”. Esta característica se refiere, más bien, a su resistencia al tratamiento. Así que, si tu perro padece de esta dolencia, recuerda que su curación va a requerir de tiempo y paciencia.
Las úlceras corneales indolentes, también son conocidas como úlceras de bordes desprendidos, úlcera tórpida o del Bóxer, por ser la primera raza donde se detectó esta enfermedad, aunque también la pueden padecer otras razas braquicefálicas.
Este tipo de úlcera suele ser causada por un defecto, por el cual el epitelio se despega del resto de la córnea, lo que provoca que aparezca una ampolla en el ojo, que al “reventar” es cuando se origina la úlcera corneal, que por sus características es muy costosa de cicatrizar. Para su curación es necesario retirar el tejido que se ha desprendido y asegurarse de que el nuevo que va creciendo lo haga bien adherido a la córnea, sino, se producirá una anomalía que provocará que la herida de la córnea no se cure.
Este problema ocular es más común en perros mayores o de mediana edad y los motivos más comunes de su aparición suelen ser:
• Una distrofia en la membrana corneal, el epitelio.
• Un edema en la córnea que produce ampollas quísticas.
• Una disminución en la capacidad de cicatrización ocular.
• Causas externas como traumatismos, cuerpos extraños o agentes cáusticos.
La identificación de la causa que originó la úlcera es muy importante para poder eliminarla y que el tratamiento sea más eficaz.
Las mascotas que padecen este tipo de afección ulcerosa, además de dolor, suelen presentar los siguientes síntomas:
• Entrecerrar los ojos o mantener el ojo cerrado
• Un parpadeo continuo o blefaroespamo
• Legañas o secreciones mucosas
• Sensibilidad a la luz o fotofobia
• Hundimiento del globo ocular o enoftalmia
• Lagrimeo excesivo, epifora
• El animal se frota el ojo
• Hiperemia conjuntival
• Miosis
• Edema
Estos signos varían dependiendo de la profundidad de la herida, ya que cuanto más superficial es la úlcera más dolorosa resulta, debido a que ahí se encuentran las terminaciones nerviosas.
El objetivo principal del tratamiento de las úlceras corneales indolentes es restaurar la capa adherente o “pegamento” entre el epitelio y el estroma.
El tratamiento consiste en quitar con un bastoncito de algodón el epitelio que no está adherido a la córnea del perro, repitiendo este proceso durante cinco o diez días. Además, se le suele administrar un colirio y un inhibidor como el suero, porque evitan el secado del ojo y potencian su cicatrización.
Si la úlcera indolente no experimenta ninguna mejoría en una semana, es debido a que esta técnica del bastoncito no está funcionando, por lo que se recomienda llevar a nuestra mascota a que lo examine un especialista en oftalmología veterinaria, para que pueda determinar si es necesario utilizar técnicas quirúrgicas para eliminar la totalidad del tejido epitelial no adherido, principalmente mediante la técnica de “diamond burr” que es una desepitelización mecánica de la córnea. Este dispositivo retira el epitelio desprendido y favorece que el nuevo epitelio que crece lo haga adherido a las capas más profundas de la córnea, teniendo una eficacia del 92% en un solo procedimiento.
Este tratamiento suele ir combinado con el uso de lentillas terapéuticas para que el animal esté mucho más cómodo y que al parpadear, no lo haga sobre la úlcera, actuando así de vendaje transparente protector, permitiendo que podamos colocar gotas sobre ella.
Debemos tener mucho cuidado de que nuestra mascota no se cause daño en los ojos durante el periodo de curación, utilizando para ello el cabezal protector o collar isabelino.
El tratamiento de la úlcera indolente suele ser largo y puede requerir de la aplicación de diferentes técnicas en casos complicados, por lo que hay que tener paciencia.
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