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Dentro de las enfermedades comunes oculares, la conjuntivitis en perros y gatos es una afección muy común y que tratamos a menudo en nuestra Clínica Oftalmología Veterinaria Asturias.
Aunque no es un problema que presente complicaciones, hay que prestarle especial atención porque puede ser un síntoma de otra afección más grave o dar lugar a complicaciones en la superficie del ojo (úlceras corneales, irritación, inflamación).
La conjuntivitis consiste en la inflamación de la membrana mucosa que rodea y protege la esclera, así como el interior de los párpados, llamada conjuntiva. Esta membrana no se aprecia a simple vista por ser muy delgada y translúcida, pero sabemos cuándo está inflamada porque el ojo se enrojece y se muestra lloroso. Afecta tanto a los gatos como a los perros.
Normalmente, esta afección no provoca pérdida de visión, ni causa daños permanentes, salvo que venga acompañada de otras complicaciones como pueden ser las úlceras oculares.
Un caso habitual de conjuntivitis acompañada de úlceras es el causado por la procesionaria del pino, entonces debemos acudir de inmediato al veterinario o mejor aún a un oftalmólogo veterinario.
Algunos de los síntomas que puede presentar tu mascota cuando padece conjuntivitis y que te ayudarán a identificarla, son los siguientes:
La conjuntivitis en gatos o perros puede ser de tipo infecciosa o no, todo depende de la causa que la haya provocado. Normalmente, en los perros es más frecuente que la causa sea secundaria (por una infección de los párpados, cuerpo extraño, sobre crecimiento bacteriano por ojo seco) y en los gatos sea primaria ( Herpesvirus, Clamydia, Mycoplasma).
Veamos a continuación los diferentes tipos de conjuntivitis:
Se produce como consecuencia de una reacción alérgica provocada por la picadura de un insecto, el contacto ocular directo con plantas o sustancias químicas irritantes, polen o ácaros. Este tipo de inflamación conjuntiva es muy fácil de tratar, ya que no es contagiosa y suele ser transitoria, ya que suele remitir cuando la causa que la provocó sea eliminada.
Se trata de una conjuntivitis contagiosa, debido a que el causante es un virus. Los más habituales son el moquillo canino en los perros y el herpesvirus felino en los gatos. Su tratamiento es más difícil que si fuera por causas alérgicas, debido a que se propaga con facilidad y puede ser un síntoma de una enfermedad más grave, de tipo sistemático o generalizado.
En este caso, es una bacteria la que provoca el problema y por ello, también es contagiosa. Pero en contraposición a la conjuntivitis vírica, esta no suele ser el síntoma de ninguna otra enfermedad, por lo que es menos preocupante y más fácil de tratar.
Esta enfermedad, es muy común sobre todo en los perros, especialmente en razas braquicéfalas y de ojos saltones, ya que están más expuestos a que su globo ocular se reseque con facilidad. Por ello, necesitan tratamiento de forma continua y unos cuidados especiales.
Leishmania y Oncocerca son dos parásitos que pueden provocar conjuntivitis en perros y requieren de pruebas diagnósticas específicas para detectarlos, así como de tratamientos orientados de forma concreta contra estos parásitos.
La conjuntivitis en perros en muy fácil de detectar, debido a sus síntomas, el ojo se pone rojo y con lagrimeo continuo, independientemente de la causa que la haya provocado, bien sea como síntoma de otra enfermedad o por un problema puntual que solo afecte a ese ojo en concreto. De cualquier manera, lo más recomendable es acudir al veterinario para que examine a nuestra mascota y determine la causa de la afección y nos recete el tratamiento más adecuado.
Las causas más probables de conjuntivitis en perros suelen ser por problemas puntuales, tales como alergias, sequedad o algún cuerpo extraño que ha dañado el ojo mientras jugaba. Aunque también puede ser provocada por otras enfermedades de mayor importancia como infecciones víricas o bacteriana, una hepatitis o el moquillo.
Por último, también cabe destacar como causa de esta dolencia, una alteración en la genética del animal, por ejemplo, en los párpados que puedan estar plegados o que las pestañas se giren hacía el ojo y rocen la córnea o conjuntiva, irritándola.
En cualquiera de los casos, acude a tu clínica veterinaria de inmediato, pues si se trata a tiempo, su curación no presenta ninguna dificultad y así evitarás males mayores.
Ante cualquier signo de conjuntivitis en tu mascota, bien sea perro o gato, no intentes medicarlo tú mismo, evita los remedios caseros, pues podrías ocasionarle un problema de visión permanente; acude al veterinario para que él pueda diagnosticar la causa y el tipo de afección que padece el animal y aplicarle el tratamiento más adecuado.
La forma de tratarlo va a depender del tipo de conjuntivitis. Si se trata de un tipo alérgico o causado por cuerpos extraños, será suficiente con limpiar la zona afectada con suero varias veces al día, tal y como nos indique nuestro veterinario u oftalmólogo, e incluso se le puede administrar un antiinflamatorio. Ahora bien, si es de tipo vírica o bacteriana, será necesario el tratamiento con medicamentos tales como antibióticos y antivirales.
Un remedio casero muy utilizado para tratar la conjuntivitis ha sido, durante años, el lavar los ojos con infusión de manzanilla, pero hoy en día los expertos en veterinaria no lo aconsejan, pues está demostrado que, en vez del efecto que se supone calmante, puede provocar una irritación aún mayor.
Para prevenir la conjuntivitis en nuestro perro es importante mantener buenos hábitos en la limpieza de los ojos de nuestra mascota, así como una alimentación que ayude a mantener altas las defensas.
Debes cortar el pelo alrededor del ojo de tu perro, para evitar que se introduzca dentro y limpiar diariamente la zona ocular con un limpiador ocular adecuado y discos de algodón, para quitarle la suciedad y las legañas. Evita que tu mascota tenga contacto con productos químicos, realiza revisiones periódicas en el veterinario y contribuye al fortalecimiento del sistema inmunológico con una dieta adecuada.
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